Jardín en la Costa Dorada
Ubicado en un encantador pueblo de la Costa Dorada, este renovado jardín ha ganado nuevos rincones de color y texturas que han hecho más agradables y entretenidos los paseos por el jardín.
La casa situada a los cuatro vientos dispone de un espacio muy amplio en la parte delantera, dónde la piscina es la protagonista. Las palmeras de la isla verde que hay tocando a la piscina, se disparan hacia el cielo haciendo de sonido ambiente en el jardín cada vez que sopla el viento de mar. A este pequeño oasis se le han eliminado las plantas frondosas y se han sustituido por plantas más florecidas y de follaje bajo y delgado. De esta forma, se ha conseguido tener una mayor amplitud y realzar mucho más la piscina.
En las partes laterales se han instalado perfiles que han ayudado a crear nuevos espacios para las diferentes plantas elegidas y también para todas aquellas que el cliente tenía dispersas en tiestos por todo el jardín. En una de las esquinas hemos hecho un jardín de cactus, con medidas y colores variados que dan un toque exótico al jardín. En el resto, se han puesto diferentes tipos de plantas que, junto con las plantas autóctonas, han hecho que sea un jardín sostenible y con poca necesidad de agua. Un jardín con mucho color durante la época veraniega que es cuando más se disfruta de este espacio.
En la zona de la entrada y tocando al garaje, hemos sustituido una pequeña zona de césped por la instalación de gravilla fijada con unas placas especiales para que no se mueva y para que los coches puedan aparcar sin problemas. Para armonizar la zona, hemos plantado diversas plantas que dan luz y vida a este rincón.
En la parte trasera del jardín, se ha mantenido el olivo y el arbolado existente. Se han añadido nuevos perfiles para clasificar y ordenar las plantas aprovechando los adoquines que había por la casa. La base del olivo la hemos resaltado con piedra blanca repartida por todo su alrededor.